¿Quieres mejorar tu sistema inmunológico y prevenir enfermedades? Consume la dieta mediterránea

¿Sabías que la dieta mediterránea fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010, y este modelo está avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)? Esto se debe a las características nutricias que la componen y las bondades derivadas de ello con evidencia científica.

Los ácidos grasos de algunos alimentos que componen esta dieta, como el aceite de oliva, los frutos secos (como nueces y almendras), los pescados azules y de agua profunda (como el salmón, atún y bacalao) son algunas de sus bondades; otras son el contenido de fibra en cereales integrales, frutas y verduras, así como los antioxidantes que aportan las mismas y el vino tinto.

Todas estas características hacen que disminuya el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles o crónico-degenerativas como obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, síndrome metabólico, diabetes y algunos tipos de cáncer y modular la inmunidad para hacer frente a virus y bacterias.

En el IX Congreso Internacional de Barcelona sobre dieta mediterránea se presentaron diversos estudios acerca de sus efectos en la salud y algunas de las conclusiones fueron:

1. El consumo de aceite de oliva virgen y frutos secos en un contexto de dieta mediterránea equilibrada produce una reducción significativa del índice de masa visceral (obesidad abdominal), reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

2. La adherencia a este patrón de alimentación puede reducir un 50% la prevalencia del síndrome metabólico. El estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) muestra que además se reduce un 30% la prevalencia de la diabetes tipo 2, por lo que disminuye los factores relacionados con el síndrome metabólico y la obesidad.

3. El consumo de antioxidantes en forma de carotenoides y polifenoles que provienen de las frutas y verduras mejora el sistema inmunológico, y provoca cambios en la coloración de la piel y en la apariencia de salud.

4. Una dieta saludable y equilibrada como la dieta mediterránea, aunada a la práctica de la actividad física de forma regular, es la manera ideal parar darnos una vida saludable que se traducirá en una mejor apariencia y calidad de vida.